One Piece, el auténtico tesoro son los amigos que hicimos por el camino y esta serie

 One Piece, esa serie anime surgida de un manga interminable cuya finalización no parece estar dentro del futuro próximo. Verse la serie ahora supone más bien una proeza que un pasatiempo, dado que cuenta con más de 1000 episodios; muchos arcos argumentales divididos en un número incesante de episodios, segmentos de relleno que visto lo visto no deberían estar ahí, incontables personajes cada uno con sus propios objetivos y subtramas... En resumen, One Piece no es una serie que uno se espere que vaya a ser adaptada a acción real.

Es el Bloodborne de las adaptaciones de anime

No solo es el hecho de que sea interminable, One Piece es el esterotipo de anime shonen, es muy colorida y vibrante, los personajes son caricaturas y con gestos y expresiones muy dramáticos y exagerados, por no mencionar el hecho de que adaptar muchos de los superpoderes con CGI puede no solo costar una fortuna sino también salir realmente mal. Por eso mismo temí muchísimo cuando vi que iba a ser adaptada.

Aunque no sea una fiel seguidora de la serie, One Piece me gusta, es una serie divertida sobre piratas viviendo aventuras fantásticas. Puede que no esté de acuerdo con las decisiones artísiticas y argumentales que tomaron en algunos momentos, pero eso no quiere decir que quiera que tenga una mala adaptación.

Como cualquier otro fan, desconfié de que hiciesen un buen trabajo a la hora de transmitir la esencia de la serie al mundo real. Las adaptaciones de acción real de los animes, son siendo muy generosa con la crítica, desastrosas como poco. No podemos olvidar ese Dragon Ball Evolution que de Dragon Ball no tenía nada, esa adaptación de Bleach que nadie recuerda, y esa horrible versión de acción real de Death Note de Netflix que lo único bueno que tenía había sido poner a Willem Dafoe como Ryuk. Las adaptaciones de anime están malditas y más si vienen de Netflix.

Una de las cosas que atenuaban un poco el golpe es que One Piece no iba a ser una película de acción real en la que casi todo se recorta y queda como un pastiche raro de sagas que apenas son coherentes entre sí para crear una historia completa, se decidió que One Piece fuese serie dada la enorme inmensidad de trama que pretendían abarcar. Pero el hecho de que tuviesen más margen para maniobrar no lo convertía automáticamente en una maravilla. Aún quedaba el problema de como iban a adaptar los diversos colores de pelo de los personajes y sus rasgos ¿Iban a ser tan cutres como los de las otras adaptaciones? Y aunque no lo fuesen ¿bastaría para mantener One Piece a flote? dado el historial de Netflix, muchos llegamos a asumir que la serie estaba condenada al fracaso.

Esta también era de Netflix y mira cómo acabó...

Hoy puedo decir con orgullo que todos los que desconfiabamos nos equivocamos.

Costaba creerlo, porque después de todo, One Piece es una de las series más complicadas para adaptar al live action. Por no decir la que más. Pero de algún modo lo lograron.

Los ocho capítulos que tiene la serie, cada uno de más de 50 minutos, se ocupa de cubrir todo lo que transcurre desde el capítulo uno hasta la batalla en Arlong Park y el rumbo hacia la Grand Line. Hubo que recortar, sí, pero fue recortado de tal manera que todo encajaba y nada quedaba forzado. Algunos personajes tuvieron que ser eliminados o reducidos a meras apariciones especiales, pero a pesar de ello, recibieron un justo trato y unas escenas decentes.

Fuiste breve pero intenso... como el orgasmo de un hámster

Parece que todo el mundo puso una dedicación máxima al personaje que le tocaba interpretar, jamás pensé que sería posible pero el reparto tanto en apariencia como en vestuario son unas representaciones muy fieles al anime y manga. Los de vestuario y maquillaje hicieron muy buen trabajo al igual que los actores quienes parece que nacieron para interpretar esos papeles. Sobretodo pongo énfasis en Sanji, que no solo es de los nuestros sino que se dobla a sí mismo en castellano con un fuerte acento canario que lo hace infinitamente más interesante.

One Piece tiene muchísimos momentos cómicos ya que es un anime shonen, sin embargo, dadas las circunstancias, plasmar eso en una serie de acción real no solo quedaría fuera de lugar sino que quedaría raro. Esta serie, a pesar de tener un tono bastante más maduro que el anime (al igual que el manga se ven asesinatos en directo y no tiene que lidiar con la censura de las cadenas) no se vuelve el típico remake oscuro de algo que antes era para niños, el espíritu de One Piece sigue ahí. No porque sea un poco más madura tiene que ser todo oscuridad y depresión. Los personajes actúan justo como te esperarías que actuasen si fuesen personas reales, por eso sus rasgos más exagerados y característicos, están más suavizados en esa serie, pero siguen ahí: Luffy sigue siendo un soñador extrovertido, aunque menos tonto que en el anime, aquí puedes ver por qué alguien le seguiría hasta el fin del mundo; Nami no es tan aprovechada y obsesionada con el dinero pero sigue siendo muy astuta y decidida  a robar; Usopp aunque mienta y tenga miedo, te parece mucho más realista, como alguien a quien podrías conocer en la vida real; y Sanji, quien ha sufrido más cambios de personalidad dado que la suya en el manga y el anime era la más exagerada, sigue siendo un ligón y un seductor, se nota que le gustan las mujeres guapas como Nami y Nojiko, y no dudará en ligar, pero no se vuelve loco hasta el punto de que le empieza a sangrar la nariz, simplemente o se le ignora el comentario o le rechazan los flirteos. Es el típico casanova que te encuentras en una discoteca y te encaja a la perfección con él.

Hay un par de cosas que cambiaron de la trama, como por ejemplo el hecho de que quien les está persiguiendo por el East Blue sea Garp en lugar de Smoker por motivos relevantes para la trama ya que toda historia necesita algo de conflicto personal. Y que algunos personajes secundarios que canónicamente en el manga siguen vivos, en el live action mueren.

Es una muy buena adaptación del mundo de One Piece, te hace sentir que las cosas serían así si fuese el mundo real. Y al parecer muchos fans están de acuerdo porque ahora mismo es la serie número uno de Nerflix en 84 países, batiendo el récord que Strange Things y Miércoles establecieron. Algunos de los fans más puristas dirán que no les gusta lo que han hecho, pero tienen que tener en cuenta que el propio Eichiiro Oda, creador de One Piece, supervisó cada pequeño detalle de esa serie, nada se hacía sin su consentimiento y si algo no le gustaba, se rehacía hasta que estaba de acuerdo. Si el propio creador alaba la serie, entonces es que algo se está haciendo bien.

Solo espero que Netflix, que tiene un carrerón cancelando series de sopetón a pesar de que hayan tenido buenos resultados, considere la posibilidad de pagar a sus actores y guionistas y renueve por una segunda temporada. Necesito ver el arco de Tony Tony Chopper y necesito que Jamie Lee Curtis cumpla su sueño y sea la Dra. Kureha.

Puntuación: 8,5/10. Aunque la serie no sea perfecta, es literalmente una de las mejores adaptaciones de anime que se han hecho en mucho tiempo. Quizás lo único mejorable con urgencia es el doblaje al castellano de Sanji, me encanta su acento y quiero que lo conserve, pero dado que no es un actor de voz profesional y no dobló en un estudio cuando habla su voz parece que está separada de la serie, como si estuvieses escuchando dos cosas distintas.

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